Los Alpes franceses ofrecen paisajes de ensueño y emociones indescriptibles. En este artículo vamos a descubrir algunos de los pueblos de montaña más bellos para los amantes de los deportes de invierno o para aquellos que simplemente quieren un toque de romance.
Ya sea que estén inmersos en la blancura de la nieve o en pleno florecimiento del verano, los pueblos de montaña ofrecen emociones únicas. Entre los Alpes franceses es posible encontrar numerosas joyas que destacan por su belleza natural. Veamos ocho encantadores paraísos alpinos.
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Chamonix
Chamonix es uno de los destinos más solicitados para el turismo de invierno. Se encuentra a los pies del Mont Blanc y es el pueblo más cercano al pico más alto de Europa. El pueblo cuenta con un hermoso centro histórico y es hogar de numerosas pistas de esquí. A lo largo del valle se pueden encontrar hermosas cascadas y hermosos lagos de montaña como Lac Blanc y Lac Bleu. Se puede disfrutar de una emoción de gran altura en el teleférico Aiguille du Midi, un cubo de cristal suspendido en el vacío a 3.777 metros, que ofrece una vista impresionante del Mont Blanc y los picos circundantes. Una curiosidad: aquí se rodó una de las películas de la saga de James Bond, «007: El mundo no es suficiente», con Pierce Brosnan.
Megève
Megève es uno de los pueblos más encantadores de la Alta Saboya. Este paraíso alpino se levanta entre bosques y claros, en un entorno natural de cuento de hadas. Situado a los pies del macizo del Mont Blanc, tiene 420 kilómetros de pistas, con un ojo para los amantes del freeride, el skicross y el snowboard. Un destino de renombre para el jet-set internacional, es sede de numerosos eventos durante todo el año.
Sixt-Fer-à-Cheval
Si amas la naturaleza, este espectacular pueblo es perfecto para ti. El silencio y la calma parecen reinar soberanos en este lugar rodeado de vegetación. Con más de 250 rutas de senderismo, será fácil encontrar maravillas naturales como la cascada Rouget o el glaciar Sixt-Fer-à-Cheval.
Saint-Veran
Situado a una altitud de 2.042 metros, Saint-Véran es el municipio más alto de Europa. Se encuentra en los Alpes del Sur, en el corazón del Parque Natural Regional de Queyras. En invierno es una popular estación de esquí, mientras que en verano se convierte en un paraíso para los excursionistas. El país, que tiene solo 272 habitantes, llama la atención por su dimensión rural; chalets de madera, fuentes de piedra, tiendas de artesanía, capillas, iglesias históricas y el Museo Soum, ubicado en el edificio más antiguo de Saint-Véran.
Pérouges
Pérouges es una espléndida ciudad medieval con un centro histórico perfectamente conservado. Un paseo por sus callejones adoquinados conduce a descubrir vistas pintorescas y arquitectura de ensueño. Aquí encontramos la iglesia del siglo XV, con la apariencia de una fortaleza, casas medievales con entramados de madera y casas renacentistas con ventanas geminadas para un verdadero viaje en el tiempo. Para visitar también Place du Tilleul (Piazza del Tiglio) y el Museo de la antigua Pérouges, que ilustra la historia de la ciudad. Entre mayo y junio, Pérouges acoge un festival de música y una fiesta medieval.
Antraigues-sur-Volane
Una verdadera galería de arte al aire libre. La ciudad está invadida por esculturas de todo tipo, gracias a la iniciativa de Jean Sussac, pintor y ex alcalde del lugar, que en los años noventa involucró a los ciudadanos en un proyecto artístico único. Varios artistas se unieron a la propuesta, y hoy las estatuas le dan un toque poético a la ciudad. Pero Antraigues-sur-Volane también encanta a la iglesia y capilla local, así como a la Place de la Résistance.
Le Grand-Bordand
Belleza para todas las estaciones. Este encantador pueblo es una popular estación de esquí, pero también es un lugar favorito para los excursionistas en el verano. Particularmente romántico es Le Chinaillon, un verde valle que en invierno adquiere la apariencia de una cuna cubierta de nieve. Aquí también encontramos la Maison du Patrimoine, un museo de tradiciones de montaña construido dentro de un chalet de 1830.
La Grave
La Grave se encuentra a 1.500 metros sobre el nivel del mar justo en frente del Meije, una montaña en el macizo de Écrins. La amplia variedad de pistas disponibles atrae a innumerables esquiadores. Sus glaciares como el Girose y el Mont-de-Lans son maravillosos. Dentro del glaciar Girose se encuentra la increíble cueva de hielo, decorada con esculturas originales, hermosos y acuosos espejos como el lago Lérié y el lago Noir. El pueblo alberga lugares de interés como la iglesia de Notre-Dame-de-l’Assomption y la capilla de los Pénitents Blancs. Desde 1988 se celebra el Festival de Messiaen, una kermesse de música contemporánea.
