Cuando éramos pequeños, solían enseñarnos que nuestro cuerpo es algo así como una casa. Un complejo sistema formado por subsistemas cada vez más pequeños y complejos. Aunque a día de hoy, la mayoría probablemente entendemos lo corta que se queda esta simplificación a la hora de describir nuestro funcionamiento interno, algunos aspectos de ella se mantienen y son fácilmente trasladables a nuestra vida cotidiana, éste es el caso, por ejemplo, de los aminoácidos.
Los aminoácidos son complejas cadenas de compuestos orgánicos que, combinados, forman nuestras muy necesarias proteínas. Como ya sabemos por la metáfora previamente mencionada, si tratamos a nuestro cuerpo como si fuese una casa, las proteínas serán los ladrillos, encargadas de formar las paredes de las células y del crecimiento muscular entre otras labores. En este ejemplo, los aminoácidos estarían un paso antes en la formación de esos ladrillos, siendo más bien el agua y la arcilla que acaban mezclados en una masa.
Esto es particularmente apropiado si tenemos en cuenta que dentro de los aminoácidos nos podemos encontrar con varias clases diferentes, y también que sirven para más propósitos en nuestro cuerpo que el de formar proteínas.
A continuación hablaremos del valor de los aminoácidos, de sus tipos y de qué alimentos son ricos en aminoácidos.
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Tipos de aminoácidos
Los aminoácidos se suelen dividir en tres categorías principales, siendo éstas: aminoácidos esenciales, no esenciales y condicionales. Pese a lo que su nombre indica, tanto los esenciales como los no esenciales son más que necesarios en nuestro organismo. La palabra esencial en este contexto sirve para denominar si nuestro cuerpo los puede producir por uno mismo o no.
Los condicionales sirven para paliar ciertas patologías y para combatir los casos de estrés debido a que liberan neurotransmisores como la serotonina o la dopamina cuando son metabolizados. Tanto los aminoácidos esenciales como los condicionales, los podemos encontrar en algunos tipos de comida, normalmente alta en proteínas.
Aquellas personas que entrenan con el objetivo de aumentar su masa muscular, suelen agregar a sus dietas alimentos ricos en aminoácidos de cadena ramificada, siendo algunos de éstos la isoleucina, leucina y valina.
Las principales propiedades de la Valina son aumentar el ritmo al que nuestros tejidos se reparan tras el deporte, consecuentemente, haciendo que ganar volumen muscular sea mucho más fácil. Además, también equilibra el azúcar, protege al hígado contra los efectos de otros aminoácidos más ricos en amoníaco y ayuda a mejorar la salud mental.
La particularidad de estos aminoácidos ramificados es que nuestro cuerpo es completamente incapaz de producirlos por sí mismo, así que si no nos alimentamos apropiadamente, y con este factor en mente, podemos acabar sufriendo patologías derivadas de su ausencia en nuestro sistema.
Alimentos ricos en aminoácidos
Al igual que con la mayoría de cosas relacionadas con nuestro cuerpo y nuestra salud, la mesura es clave. No queremos comenzar a introducir un exceso de alimentos altamente proteicos en nuestro organismo, pues forzaremos a nuestro hígado a trabajar con esfuerzo.
En su lugar, deberíamos introducir progresivamente alimentos como el arroz con frijoles en nuestra dieta. Este dúo es ejemplar por su combinación de dos aminoácidos naturales muy importantes: la histidina y la leucina.
Si buscamos una mayor cantidad de energía durante nuestro ejercicio, podemos cambiar los frijoles por garbanzos o lentejas, que contienen isoleucina, otro aminoácido natural de gran valor.
Si volvemos un poco atrás y estamos buscando una entrada notable de valina en nuestro organismo, para nuestra rutina de fitness, el pollo es muy rico en este aminoácido, al igual que lo son los alimentos vegetales, así como los cereales, los plátanos, los cacahuetes, los frutos rojos, el chocolate, o incluso algunas especias.
Ante cualquier clase de duda al respecto de nuestra dieta, siempre podemos contrastar esta información con un nutricionista profesional que nos guíe para evitar aflicciones derivadas de la falta o exceso de ciertos nutrientes esenciales.