Los fondos de inversión, conocidos también como instituciones de inversión colectiva (IIC) son vehículos de inversión que abarcan las aportaciones de distintos ahorradores, y a través del cual ceden a los gestores profesionales la toma de decisiones acerca de la inversión de su patrimonio.
Es decir, mediante estos fondos la inversión se realiza de manera conjunta en los activos que el equipo gestor piensa que son adecuados para conseguir la máxima rentabilidad posible. Para ello se utilizará una estrategia de inversión definida previamente.
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¿En qué activos se puede invertir a través de un fondo de inversión?
De modo que un fondo de inversión viene conformado por un patrimonio sin personalidad jurídica y dividido en participaciones. Dicho fondo puede invertir en un catálogo de activos de lo más diverso, que puede abarcar acciones, derivados, bonos, divisas e incluso productos no financieros como materias primas o bienes inmuebles. Se puede invertir en cualquier zona geográfica, pero siempre respetando la filosofía de inversión establecida.
Los fondos de inversión surgen siempre con una filosofía de inversión bien establecida, en la que se concreta la distribución de activos en la cartera. Según el perfil de riesgo se determinará la exposición del fondo a renta más variable (esto es más arriesgado) o a renta fija (esta es la variante más conservadora). Hay que determinar también si se va a invertir en una cierta región, por ejemplo, en España, o en más países. Es posible también invertir a nivel global.
Su funcionamiento no puede ser más sencillo
Una ventaja de los fondos de inversión es que su funcionamiento es muy simple. Los partícipes ponen su dinero en el fondo y adquieren participaciones, mientras que la sociedad gestora integra dicho dinero en el fondo, invirtiéndolo donde lo estima oportuno. Es fundamental distinguir el patrimonio del fondo de inversión, que es el dinero que lo forma, de la cartera del fondo de inversión, que es el conjunto de títulos que posee el mismo.
En el mismo instante en que el inversor adquiere participaciones a través de las aportaciones que realiza, está comprando una parte del fondo. O lo que es lo mismo, está haciéndose con una pequeña cartera igual que la del fondo.
Por otro lado, un fondo de inversión en funcionamiento puede incrementar o reducir su tamaño por dos razones distintas. Esto puede ocurrir en primer lugar por la entrada o salida de inversores, y también por las variaciones en el valor de mercado de los activos que lo conforman.
La primera razón nunca afectará a la inversión, ya que tan solo variará el precio de las participaciones según las suscripciones o reembolsos. Pero sí afecta a la inversión y a los resultados que logrará el inversor la variación del valor de los activos.
Cuando se invierte en un fondo de inversión, se hace porque se espera que este tenga resultados positivos en el futuro. Así que para tomar una buena decisión lo mejor es mirar las rentabilidades pasadas, el historial de los gestores, si estos han invertido o no su propio dinero en el fondo y las comisiones.