Todos los años, el 28 de febrero, se habla de enfermedades raras o de las dolencias que tienen muy poca difusión y pocas personas conocen, porque se celebra el Día Mundial de las Enfermedades Raras. Más allá de que estas enfermedades se caracterizan por aparecer en números reducidos de personas, lo cierto es que existen dolencias que no entran en el listado de enfermedades raras, y que sin embargo, muchas personas pueden sufrirlas, en muchos casos sin saber exactamente qué son. Estas son cuatro de las enfermedades de las que poco se habla, pero muchos las padecen.
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Artralgia: la enfermedad que muchas personas confunden con la artrosis
El interrogante de qué es la artralgia ya está planteado y su respuesta más rápida y fácil de entender, es que es una enfermedad que afecta a los huesos y que se caracteriza por el inmenso dolor que padece la persona en las articulaciones. Además de los dolores en las articulaciones, también se pueden presentar otros síntomas como dolor de garganta, cansancio, piel enrojecida, fiebres y escalofríos. Sus causas pueden ser muchas, pero las más comunes son una infección viral o un proceso degenerativo producto de la edad. Los tratamientos más adecuados para contrarrestar los dolores son la que se realizan a través de la fisioterapia.
Metrorragia: un alerta que puede salvar vidas
La metrorragia no se considera una enfermedad, sino más bien un síntoma de otras enfermedades subyacentes, que se puede presentar en adolescentes que comienzan a tener la menstruación o en mujeres próximas a la menopausia.
Se caracteriza por intensos sangrados vaginales fuera de los períodos menstruales, que solo alertan la presencia de posibles tumores cervicales o la posibilidad de un aborto espontáneo.
Aunque este tipo de dolencia no es mortal, es necesario una consulta urgente con el profesional, para detectar cuál es el de esos intensos sangrados vaginales, que muchas veces pueden ayudar a detectar cáncer uterino o embarazos ectópicos.
Taquipnea: cuando respirar demasiado rápido pone en peligro la vida
La taquipnea se produce cuando frente a determinadas situaciones, la persona registra un aumento de en la frecuencia de la respiración. Generalmente se asocia con personas que sufren enfermedades respiratorias crónicas, como el enfisema o el asma, la presencia de . coágulos de sangre en los pulmones y problemas cardíacos, entre otros.
Puede ser una enfermedad mortal si no es tratada a tiempo, por lo que los especialistas recomiendan consultar con un profesional frente a síntomas como el dolor en el tórax, aceleración cardíaca, fiebre y, dificultad para respirar.
Cuando la taquipnea se diagnostica, los médicos tratarán de regularizar el nivel de oxígeno en el organismo del paciente, para evitar problemas en el corazón.
Hipoxemia: la angustia de la falta de oxígeno
Cuando el aire que inhala una persona, parece nunca ser suficiente, la angustia que se produce es indescriptible. No importa cuánto se esfuerce para que los pulmones logren capturar el oxígeno, el aire que llega a los órganos pulmonares no es suficiente y el mundo parece cerrarse a los pies. Esto es básicamente lo que es la hipoxemia, que se define como la falta de oxígeno que se produce cuando los pulmones no logran enviar a las diferentes arterias. Cuando esto ocurre, la persona puede sentir migrañas, pérdida de la coordinación y la memoria, disminución de las funciones cerebrales, vómitos y náuseas.
Para prevenir la aparición de este tipo de enfermedades relacionadas con la capacidad de aire en los pulmones es elemental evitar el consumo de tabaco y practicar con regularidad algún tipo de actividad física, además de realizar la consulta médica pertinente.
Ante la sospecha y la aparición de los primeros síntomas de cualquiera de estas enfermedades se recomienda una consulta con el médico de cabecera, ya que el diagnóstico precoz permite comenzar en forma inmediata con el tratamiento más adecuado para preservar la salud y calidad de vida del paciente.