El Lupus es una enfermedad autoinmune crónica que afecta principalmente a mujeres con una prevalencia de 9 de cada 10 pacientes. Hasta la década de 1950 se consideraba una enfermedad rara que asustaba porque a menudo anunciaba un desenlace fatal. Hoy en día es una enfermedad ampliamente estudiada cuyos síntomas iniciales son reconocibles (casi todos) hoy en día y se puede mantener a raya.
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Qué es el Lupus
El Lupus es una enfermedad crónica, tratable con los tratamientos apropiados y no es contagiosa ni infecciosa. Se llama una enfermedad autoinmune porque el sistema inmune, que ya no reconoce los tejidos y las células del cuerpo como propios, produce anticuerpos para atacarlos y destruirlos.
Todo esto causa una inflamación generalizada que, si no se trata adecuadamente, puede socavar la funcionalidad normal de los tejidos. Todavía no conocemos las causas que determinan la respuesta inmune anormal, sin embargo, se cree que en la base hay una combinación de factores hereditarios, ambientales y quizás incluso hormonales. La palabra Lupus es en realidad un término genérico que puede distinguir diferentes tipos.
Tipos de Lupus
El Lupus eritematoso sistémico o LES es la forma más común de esta enfermedad. Se define como sistémico porque puede afectar diferentes partes del cuerpo y es lo que normalmente se habla cuando se hace referencia al Lupus, como en este artículo.
El Lupus eritematoso discoide afecta particularmente a la piel, sobre la cual puede aparecer un eritema elevado y rojizo. Sin embargo, también puede afectar otras áreas como la cara y el cuero cabelludo y otras partes del cuerpo. El eritema puede durar días o años y ser recurrente. Un pequeño porcentaje de pacientes con esta enfermedad también tienen LES.
El Lupus eritematoso cutáneo subagudo (SCLE) es una forma caracterizada por fotosensibilidad, dolor articular y fatiga. En general, las áreas afectadas son aquellas expuestas al sol. En algunos casos, puede estar precedido por la forma discoide.
El Lupus neonatal es una forma rara que afecta a los recién nacidos, los niños de mujeres afectadas por esta u otras enfermedades autoinmunes. Es causado por el paso de anticuerpos maternos a la sangre del feto y la enfermedad se resuelve espontáneamente como resultado del parto.
Síntomas iniciales
Es una enfermedad que puede afectar muchas partes del cuerpo, pero cada paciente reacciona de manera subjetiva. Diagnosticar la enfermedad a tiempo no es fácil porque se caracteriza por síntomas que se confunden fácilmente con los de otras enfermedades.
Un paciente con Lupus eritematoso sistémico generalmente muestra signos de afectación multisistémica, con un patrón clínico diferente de paciente a paciente, irregular e impredecible, con remisiones o exacerbaciones inexplicables. Los síntomas iniciales son:
Dolores en las articulaciones, cansancio extremo, fiebres, manifestaciones cutáneas, ulceraciones en la boca, anemia, malestar general, mialgia, dolor de cabeza, sensibilidad a la luz, nefritis, tendinitis, pleuresía, pericarditis, artralgia, abortos espontáneos y alopecia.
En el tipo eritematoso sistémico también se correlacionan una serie de síntomas neurológicos y psicológicos. Estos constituyen un capítulo de ninguna manera insignificante que pueden conducir al diagnóstico y a las implicaciones etiopatogénicos y terapéuticos. En el 25% de los casos de Lupus eritematoso sistémico presenta síntomas como:
Crisis epiléptica, trastornos motores, meningitis, neuritis, sensación de miembro dormido, hormigueo, psicosis, estado de ánimo irritable y déficit intelectual.
Los nuevos síntomas pueden continuar apareciendo años después del diagnóstico inicial y diferentes manifestaciones pueden ocurrir en diferentes momentos. A veces, puede ser fatal, especialmente en relación con la aparición de infecciones (la principal causa de muerte) insuficiencia renal, insuficiencia cardíaca y hemorragia. Sin embargo, ahora hay muchas personas afectadas por esta enfermedad autoinmune que viven vidas largas y productivas.
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