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Parásitos que afectan a las mascotas

Tener una mascota implica procurarle una correcta alimentación y los cuidados veterinarios adecuados. Los problemas relacionados con la presencia de parásitos requieren actuar cuanto antes y llevar al animal a un especialista. 

Los parásitos pueden ser internos y externos y de muy diverso tipo. Uno de los que mayor daño pueden causar es el gusano en el ojo. Es un parásito ocular que afecta a perros y gatos y originario de Asia. Es vital reconocer los síntomas y acudir al veterinario. Tiene forma redonda y se propaga en el interior del ojo mediante moscas de la fruta, portadoras del parásito. A simple vista se puede ver si el parásito está en el globo ocular. El gusano tiene forma de hilo y es de color blanquecino, de entre 7 y 17 milímetros de largo y un diámetro de entre 0,3 y 0,8. A veces se puede extraer de manera manual. En  otros casos hay que proceder a la desparasitación interna o a tratamientos más específicos. Para evitar la infección es clave mantener a las moscas alejadas de los perros.

Otra enfermedad que pueden padecer los perros es la que provoca el llamado gusano del corazón. Origina una enfermedad cardiaca llamada dirofilardiasis.  Es un trastorno que puede ocasionar insuficiencia cardiaca. La dirofilaria es el parásito que ocasiona la dirofilariasis, la enfermedad del gusano en el corazón. Afecta además a gatos, coyotes, lobos o zorros. El culpable es un mosquito portador de las larvas del gusano. El insecto, con la picadura, transmite gusanos inmaduros al cuerpo del perro. Las crías se propagan por el organismo y se instalan en varios puntos como el corazón. El ciclo de vida de la dirofilaria se produce sobre todo en las arterias pulmonares y en el ventrículo derecho del corazón canino. Estos parásitos se alimentan de los nutrientes de la sangre y pueden llegar a medir 30 centímetros. La prevención es clave porque la enfermedad provocará la muerte del animal por paro cardiaco. Los síntomas son el aumento del ritmo cardíaco, la respiración anormal y la tos con mocos y flemas cuando el perro realiza algún esfuerzo físico.

Un perro afectado por este parásito estará agotado permanente y perderá el apetito. Otro signo de alerta es el sangrado en la boca y en las fosas nasales. En cuanto al tratamiento, este varía en función de la fase de la enfermedad. Se recurre a inyecciones para eliminar los gusanos del interior del can. La segunda fase es aplicar medicación contra las crías de gusano que se localizan en la sangre.  La tercera fase del tratamiento es la de las vitaminas y la dieta. En este punto es clave asumir una serie de pautas de prevención para que la mascota no vuelva a contraer la enfermedad del gusano en el corazón.

Los parásitos externos más frecuentes 

Garrapatas

Tanto en perros como en gatos. Se ubican en piel y suelen ser de color marrón y forma redondeada. Se alimentan de la sangre y son transmisores de graves enfermedades.

Pulgas

También se encuentran en la piel y pueden transmitir enfermedades como dermatitis alérgicas.

Ácaros de la sarna sarcóptica

Afectan sobre todo a perros. Se esconden dentro de la piel (orejas, codos y corvejones). Causan irritación, picor, escozor, costras, heridas purulentas y alopecia.Para el control de estos parásitos externos hay diferentes productos como collares o pipetas repelentes, champús o lociones tópicas.

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