Con la propuesta de subida del salario mínimo y las correspondientes cotizaciones ha vuelto a plantearse la vieja polémica de la cuota de autónomos.
Los autónomos en España son un colectivo muy heterogéneo de manera que el pago de una cuota única con independencia de sus ingresos sigue siendo motivo de controversia.
Es difícil entender que se aplique el mismo cargo al dueño de un taller de coches en Madrid con 5 empleados a su cargo y una facturación de cientos de miles de euros que a un repartidor de prensa en Salamanca que a duras penas sobrepasa el salario mínimo.
La adecuación de la cuota de autónomos a los ingresos que se perciban es una vieja aspiración del colectivo que, sin embargo, parece no tener acogida entre las fuerzas políticas.
Los autónomos reclaman sistemas parecidos a los implantados en países como Alemania o Portugal, que no pagan dicha cuota excepto si se alcanzan determinadas cifras, en cuyo caso pagan un porcentaje de éstos. En Francia no se paga nada el primer año y en Reino Unido un autónomo que comienza su actividad sólo paga 14 euros al mes hasta que logre unos ingresos superiores a los 600 euros. Comparado con los más de 3800 euros anuales a lo que un autónomo español tiene que hacer frente, tenga o no ingresos, parece que el agravio comparativo es evidente.
En nuestro país, existen dos tipos de base de cotización:
- Base de Cotización mínima: Escogida por todos aquellos trabajadores cuyos ingresos no superen los 932,70€. Aproximadamente, un 80% de los trabajadores autónomos utiliza esta base de cotización mínima.
- Base de Cotización máxima. El límite de esta base de cotización es más alto estipulándose en 3803,70€.
Es cierto que la cuota de autónomos española ofrece una serie de prestaciones que en otros países no se disfrutan, pero sin duda supone una importante barrera de entrada para todo aquel que pretenda vivir del autoempleo.
La realidad es que en España hay más de tres millones de autónomos, cuyas aportaciones suponen una importante inyección económica a las arcas del estado, y no parece que ningún partido político quiera renunciar alegremente a esos ingresos en caso de alcanzar el poder.
Aunque esta subida del 2018 de un 1,4% afecte a muchos autónomos, no es comparable al 3% que subió en el 2017, aunque ya es la sexta subida de los últimos años y que no será la última subida de la década. El reciente aumento progresivo del Salario Mínimo Interprofesional hasta los 1.000 euros en el 2020 va a suponer, que la base de cotización suba los 68 euros que le falta para llegar a esos 1000 euros.
Por otro lado, con la subida de las pensiones en un 1,35%, más de un millón de pensionistas autónomos se beneficiarán de esta subida. Por su parte, el resto de los autónomos, los que cobran las pensiones mínimas, percibirán un aumento del 3% en sus pensiones.