Los cachorros se caracterizan por ser especialmente activos, la curiosidad les lleva a convertirse en verdaderos exploradores. Sus salidas al exterior y la interacción activa con otros perros constituyen elementos importantes dentro de sus procesos de maduración y socialización. Sin embargo, también se convierten en factores de riesgo para su salud.
En el entorno existe una amplia variedad de parásitos que pueden constituir una fuente de peligro a largo plazo. A pesar de que pueden tomarse medidas preventivas adoptando hábitos que minimicen su exposición, en realidad no es conveniente limitar o restringir de forma continuada su conexión con el entorno. En lugar de ello, es preferible optar por soluciones que garanticen una protección integral sin que ello suponga algún tipo de menoscabo en su calidad de vida. Desparasitar cachorros se convierte en la alternativa más recomendable.
Optar por vacunas y tratamientos antiparasitarios especializados es la mejor opción. Alternarlos con ciertas precauciones no sólo garantizará un buen estado de salud de nuestras mascotas, sino que también les proporcionará mayor libertad y estabilidad emocional.
A partir de un masticable sabroso, nuestros cachorros podrán disfrutar del entorno, el ocio y la socialización sin poner en riesgo su salud y eludiendo cualquier tipo de obstáculo en su desarrollo.
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Pero ¿cuándo debemos desparasitar a un cachorro?
Debido a su mayor vulnerabilidad y exposición, lo más recomendable es iniciar un control antiparasitario mensual después del destete y extenderlo al menos hasta los seis meses de edad. Esta periodicidad podrá variaren función de la raza o los cambios de peso que se produzcan durante su desarrollo para adaptar la dosis a sus necesidades.
¿Por qué los expertos recomiendan la desparasitación mensual en cachorros?
La periodicidad media es de treinta días y está condicionada por el ciclo vital de la mayoría de parásitos. Existen variedades que necesitan de un mes desde que se produce la infección para convertirse en agentes activos. La mayoría se introducen en nuestros cachorros en forma de huevo y después de un mes se convierten en gusanos adultos.
El riesgo de contagio de algunas especies (por ejemplo el gusano ascárido Toxocara Canis) también se extiende a los seres humanos por lo que a través de una desparasitación mensual se imposibilita su desarrollo pero también su transmisión.
¿Qué tipo de parásitos pueden afectar a los cachorros?
Los parásitos en cachorros más frecuentes también pueden afectar a los seres humanos por lo que su prevención también supone una garantía de protección en el ámbito familiar:
- Gusanos del corazón: El cambio climático favorece su multiplicación que, generalmente, se produce a través de mosquitos. Los gusanos del corazón pueden provocar graves daños cardíacos y en última instancia la muerte.
- Gusanos del ojo: Suelen contagiarse a partir de la mosca de la fruta. Cuando el insecto se alimenta de las secreciones oculares puede acabar transmitiéndolo fácilmente. Las consecuencias pueden ser variables y pueden partir de una leve inflamación, hasta una úlcera que derive en ceguera.
- Gusano pulmonar: Se introducen en el cachorro por vía oral, generalmente a partir del consumo de caracoles o babosas. Conllevan riesgo de muerte, producto de alteraciones cardiopulmonares y hemorragias internas.
- Gusanos intestinales: Sus larvas pueden estar presentes prácticamente en cualquier parte. Su ingesta conlleva la formación de gusanos en el sistema digestivo.
- Garrapatas: Se adhieren al cachorro al entrar en contacto con él. Son parásitos externos y pueden ser germen de todo tipo de enfermedades.
- Pulgas: Al igual que las garrapatas, se aferran al pelo o la piel del cachorro. Se alimentan de su sangre ocasionando irritación, alergias o enfermedades.
- Sarna sarcóptica: Se encuentran bajo la piel del animal y su contagio se produce con el roce superficial entre perros. Sus síntomas son la pérdida de pelo, la irritación, el picor o la aparición de costras.
- Sarna demodécica: Se ubican en el interior de los folículos pilosos. Genera caída de pelo y otras alteraciones cutáneas.