Cada día se da más importancia a tener una bonita sonrisa por motivos estéticos, pero no hay que olvidar que la boca es también cuestión de salud.
No se trata solo de tener los dientes bonitos o tan blancos que deslumbren de lejos. Tener los dientes en buen estado es cuestión de salud. Los dientes cumplen varias funciones: nos ayudan a masticar mejor y nos evitan una gran cantidad de infecciones que pueden colarse por los huecos. Tampoco podemos olvidar que los dientes, de manera natural, buscan chocar unos con otros. La falta de alguna pieza hace que el resto de la dentadura se vaya deformando lentamente, lo que puede causar otros muchos problemas a la larga.
Ya no hay que conformarse con la dentadura postiza tradicional, los implantes dentales son una muy buena alternativa, sin los inconvenientes que acarrean unos dientes de quita y pon.
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Dentadura perfecta: una moda que no es pasajera
En los años ochenta la ortodoncia era cuestión de adolescentes, no se colocaba a otra edad. Los mayores se tenían que conformar con una molesta dentadura postiza, sin poder volver a disfrutar de ciertas comidas. Actualmente, por suerte para todos, cualquiera puede lucir una dentadura digna de un actor de cine.
La boca está hecha para ayudarnos a masticar. Los que tienen dientes postizos saben lo difícil que resulta hacer bien esto cuando hay movilidad en las piezas. Por no hablar de la cantidad de restricciones que hay a la hora de comer por la imposibilidad de masticar bien, algo que suelen padecer bastante.
Por otro lado, cuando se tienen puestas prótesis temporales parciales, reducidas a unos pocos dientes, se tiende a masticar con los dientes originales. Esto también provoca una deformación en la dentadura y un exceso de trabajo para la parte de la mandíbula que más funciona.
No se trata solo de lucir una sonrisa con todas sus piezas, se trata de poder comer, de masticar de manera correcta, de no sobre esforzar la mandíbula y de evitar que el resto de los dientes se muevan.
Implantes dentales: una solución más saludable que estética
La implantología dental tiene sus detractores. Esto es evidente ya que es cierto que su colocación es más lenta y delicada que la simple elaboración de una prótesis dental postiza. Sin embargo, el resultado merece la pena.
Antes de tomar una opción u otra, hay que saber qué es realmente el implante. Esta técnica coloca una pieza de titanio que se adaptará al hueco de la raíz del diente que falta. La pieza colocada como diente no se va a mover, va a quedar fijada a la dentadura como uno real y tiene otra ventaja: no puede tener caries.
El implante aporta una solución tanto a piezas que faltan como a las que están muy dañadas y la única opción es extraerlas. También resuelve los distintos defectos que pueda haber en la mandíbula. A veces, las bacterias pueden llegar a destruir parte del hueso de la raíz, lo que se soluciona al implantar la pieza mediante un injerto óseo.
¿Cualquiera puede hacerse un implante? Colocar las piezas nuevas es algo que requiere intervención. Hay que comprobar el estado de los dientes, tanto los que no están sanos como los que sí, y los posibles daños en las encías. Esto es lo que verificará hasta qué punto es factible hacer un implante o no. Por supuesto, existen muchas técnicas que resuelven los posibles problemas que puede haber en la boca para facilitar el implante, en caso de que la colocación de una pieza falsa no sea recomendada, el profesional lo comunica al paciente antes de hacer cualquier tipo de intervención.
Es un proceso que lleva tiempo, pero merece la pena poder disfrutar de la comida sin miedo, a lo que hay que sumar una buena salud digestiva y, por supuesto, tener una sonrisa para desfilar por la alfombra roja, algo que a nadie desagrada tener.