La actividad física es el pilar fundamental para lograr alcanzar un envejecimiento saludable, con la práctica regulada de ejercicios sin comprometer el organismo.
Los beneficios que aporta la actividad física son innumerables para el cuerpo, entre ellos está la mejora de la calidad física, intelectual y mental. Con las tres anteriores ya se previenen muchas enfermedades y se reduce el riesgo de padecer de afecciones cotidianas que restan calidad de vida al organismo.
Con el paso del tiempo las personas tienen alteraciones físicas y mentales, y durante la adultez se desea conservar la autonomía física y mental para garantizar un estado óptimo de salud en el sujeto.
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Fisioterapia para ancianos
Los ancianos requieren actividad física por prescripción médica, y es que si bien en su mayoría de jóvenes tenían constante actividad física, pueden necesitarlo por rehabilitación y prevención.
Es muy importante que la persona esté motivada y tenga conciencia de realizar los ejercicios recomendados por el fisioterapeuta como hábito, ya que esto favorecerá la integración del organismo.
La rehabilitación es el proceso que se lleva a cabo para que una persona pueda retomar su independencia y capacidades, ya que la falta de ejercicio e inamovilidad desencadena la pérdida de funcionalidad y la recuperación puede ser bastante lenta.
El sedentarismo produce en los ancianos disminución de flexibilidad y pérdida neuromuscular, aunque el proceso patológico de la enfermedad esté muy avanzado, debe tenerse presente que con ejercicio y terapia física se logra contrarrestar la edad del paciente e inmovilidad adquirida.
Es buena la asesoría de profesionales en el área, por ejemplo un fisioterapeuta en Málaga o regiones aledañas están en la capacidad de iniciar una evaluación diagnóstica para que con los resultados obtenidos se elabore la ficha médica e inicie la planificación del programa acorde con las necesidades del adulto mayor.
Generalmente se busca independencia funcional y como terapia preventiva mejorar la calidad de vida. Para cumplir esto es necesario:
- Aumentar y mantener la movilidad de las articulaciones.
- Lograr la independiente en las actividades diarias.
- Aumentar la fuerza muscular.
- Conseguir el equilibrio.
- Mantener la postura correcta.
- Llevar un historial de accidentes, y si en su mayoría son en el hogar, conocer los espacios donde son más comunes.
- Ganar la confianza del paciente para lograr los objetivos planteados.
Es importante que el paciente dé lo mejor de sí, aunque la vida no prepara a las personas para la ancianidad es importante desarrollar habilidades que hagan de cosas cotidianas, como levantarse de la cama, mejorar los problemas de artrosis y disminuir los tratamientos químicos de los cuales no se consigue cura.
Los beneficios de la fisioterapia en ancianos son innumerables, sin embargo lo principal de la actividad es conseguir la movilidad y disminuir las deficiencias musculares y caídas, ya que en los mayores el resultado de no tener actividad física pronuncia considerablemente el deterioro.
Las causas de la poca movilidad de los ancianos pueden ser diferentes: comodidad, enfermedades y sobreprotección familiar son solo algunas de las más comunes, pero con la colaboración y motivación adecuada por parte del núcleo familiar pueden prevenirse situaciones complicadas.
Unas de las técnicas más efectivas en los adultos mayores son los agentes físicos. El contacto con el medio ambiente ayuda a fortalecer la salud de los pacientes y son de gran utilidad para esta terapias físicas, siendo muy importantes los beneficios fisiológicos para el organismo del ser humano.
Afecciones más frecuentes que requieren fisioterapia en la tercera edad
La fisiatría se usa ampliamente para padecimientos que afectan la salud de las personas mayores, entre las más comunes se encuentran:
- Incontinencia: con el paso del tiempo se necesita reforzar los músculos que controlan la vejiga.
- Osteoporosis: para mantener la estabilidad y equilibrio en la postura. Realizar ejercicios de extensión fortalece los músculos y aumenta la movilidad.
- Cáncer: después de complicadas cirugías y tratamientos invasivos, mejora la calidad de vida del paciente restableciendo el organismo con rehabilitación.
- Párkinson y alzhéimer: los movimientos involuntarios minimizan la flexibilidad del cuerpo, mientras que recordar rutinas pequeñas puede ser causante de alegría para quienes padecen de alzheimer.
- Vértigo: al mejorar la postura y aumentar significativamente la masa muscular es posible aumentar la estabilidad del cuerpo.
- Condiciones inmovilizantes: en casos de esclerosis múltiple o parálisis temporal por ACV, que producen daños cerebrales.
Es evidente que la terapia física ayuda a los ancianos en cualquier área con grandes mejoras para la salud.