La homeopatía fue creada por el médico alemán Samuel Hahnemann a finales del siglo XVIII. En esa época, la medicina convencional era muy precaria, por lo que solía ser más perjudicial que beneficiosa. Decepcionado por la medicina convencional, el médico alemán investigó métodos alternativos, dando como resultado el sistema médico homeopático. El nacimiento de este método terapéutico se remonta a 1796, con los primeros trabajos de Hahnemann bajo el título Ensayo sobre un nuevo principio para descubrir las virtudes curativas de las sustancias medicinales. El término homeopatía proviene del griego hómeos (similar) y páthos (enfermedad, afección), que significa que las enfermedades se curan por sustancias que producen, en las personas sanas, efectos semejantes a los síntomas manifestados por el paciente.
La definición de homeopatía más aceptada en la actualidad es “técnica terapéutica basada en una observación clínica completa y rigurosa que conduce a la prescripción de medicamentos homeopáticos cuyas indicaciones proceden de una farmacología fundamentada por una constatación experimental que es la similitud”, como se recoge en el Libro blanco de la homeopatía elaborado por Boiron, el laboratorio líder en España y en el mundo en la fabricación de medicamentos homeopáticos. La homeopatía es eficaz para prevenir y tratar enfermedades agudas, enfermedades crónicas, infecciones de repetición, e incluso cuidados paliativos. Además, los medicamentos homeopáticos no presentan contraindicaciones, interacciones medicamentosas ni efectos adversos relevantes, por lo que son recomendables para todo tipo de pacientes, incluso embarazadas.
El embarazo no es una enfermedad, pero es un estado realmente excepcional y la mujer experimenta un importante cambio, tanto físico como psíquico, por lo que el cuerpo realiza un esfuerzo importante para adaptarse. Además, pueden aparecer patologías intercurrentes, es decir, que no están causadas directamente por el embarazo, pero que pueden empeorar o ser un potencial de riesgo para la gestación. Estos problemas de salud suponen un verdadero problema para los médicos, ya que se ven muy limitados a la hora de manejar la mayoría de los medicamentos comunes en esta situación de vulnerabilidad. Por este motivo, la homeopatía es especialmente adecuada para tratar aquellos problemas que pueden surgir, y con frecuencia surgen, tanto en la embarazada como en el parto y puerperio (período de tiempo que dura la recuperación completa del aparato reproductor después del parto, que suele durar entre cinco y seis semanas).
La organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no tomar fármacos durante el embarazo, debido a que pueden causar daños serios en el feto. De esta forma, como los medicamentos homeopáticos carecen de toxicidad, pueden ser tomados por las mujeres embarazadas sin correr ningún riesgo. Aunque la homeopatía no tiene efectos secundarios relevantes, siempre es aconsejable que las embarazadas acudan a un médico homeópata, ya que será el encargado de establecer el tratamiento homeopático, la formulación y la dosis adecuada. Unos medicamentos homeopáticos que son legales (desde 1995) y autorizados en España, por eso sólo se dispensan en las farmacias, como el resto de medicamentos comunes. A continuación, explicamos cómo puede ayudarnos la homeopatía durante el embarazo.
El uso de la homeopatía en el embarazo
Según los estudios, más del 85% de las mujeres padecen cambios en su patrón de sueño en algún momento del embarazo. El insomnio es uno de los trastornos más frecuentes durante la gestación. Bien por los dolores de espalda, por los cambios hormonales o por las molestias digestivas, el insomnio suele ser un motivo de consulta de las mujeres embarazadas. La homeopatía es uno de los tratamientos más eficaces para el insomnio, ya que, al calmar el estrés, ayuda a mejorar la calidad del sueño. Los medicamentos homeopáticos permiten a las embarazadas sobrellevar el estrés de una forma natural, para que no afecte a su vida diaria. De esta forma, estos tienen efectividad sobre los trastornos del sueño asociados al estrés o la ansiedad, como es el caso del insomnio ocasional.
Las náuseas y vómitos son otras de las dolencias más comunes durante el embarazo, especialmente durante los primeros meses, aunque algunas mujeres pueden presentarlos a lo largo de todo el embarazo. Existen medicamentos homeopáticos que son excelentes aliados terapéuticos a la hora de tratar las molestas náuseas y vómitos que tanto incomodan en el periodo de gestación, ya que ayudan a mejorar las náuseas que aparecen por la mañana, que suelen ser las más habituales.
La homeopatía también alivia los síntomas del estreñimiento, que afecta al 50% de las mujeres embarazadas, y las molestias digestivas, como la acidez gástrica (ardor). Los cambios hormonales de la mujer durante el embarazo afectan al funcionamiento del aparato digestivo, especialmente con el aumento de la secreción de progesterona (una hormona que liberan los ovarios durante la ovulación y posteriormente la placenta), que es la causa más importante del estreñimiento. En estos casos, las mujeres pueden utilizar los medicamentos homeopáticos para tratar estos problemas digestivos en el embarazo.